JORDI CASABELLA / BARCELONA
ANTONIO M. YAGÜE / MADRID
La presentación oficial del Informe PISA del 2006, efectuada ayer, evidencia la caída a plomo de los rendimientos de la población escolar española de 15 años en materia de comprensión lectora desde el 2000. En seis años, España ha pasado de ocupar el puesto número 17° a figurar en el 27°, entre los 30 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que patrocina el informe. En ese periodo, la puntuación de los españoles en las pruebas de comprensión de lo leído ha retrocedido de 493 a 461 puntos.
Catalunya, que ha participado con una muestra ampliada en las pruebas, también ha perdido terreno, aunque en menor medida: los escolares catalanes lograron una calificación media de 477 puntos frente a los 483 del 2003. De las 10 comunidades autónomas que, además de participar en el estudio español, también fueron evaluadas por separado, Catalunya se sitúa a la cola, solo ligeramente por delante de Cantabria y a distancia de Andalucía, que cierra la tabla con 445 puntos.
El Informe PISA del 2006 también se adentra en analizar las competencias matemáticas, ámbito este en el que tanto España como Catalunya, con 480 y 488 puntos, pierden cinco y seis puntos respecto al 2003, respectivamente, pero logran salvar los muebles y se mantienen en la franja central de los 57 países evaluados, 30 de ellos socios de la OCDE. Por último, los datos oficiales confirman lo avanzado 10 días atrás: la cultura científica del alumnado español permanece estancada, mientras que la de los catalanes ha empeorado. Aún así, sus calificaciones son mejores que en lectura y matemáticas.
Lo ocurrido con la lectura es uno de los aspectos más llamativos del informe. Incluso uno de los responsables del estudio, Eric Charbonnier, afirmó ayer en París, ciudad sede de la OCDE, que el descenso del nivel entre los españoles es "inquietante" y algo "que hay que vigilar". España se sitúa a 31 puntos de distancia de la media de los países de la organización y a 95 de Corea, que encabeza el ranking, en este caso por delante de Finlandia. En esa clasificación llama poderosamente la atención que Polonia, con un gasto en euros que equivale a poco más del 40% de lo que invierte España, logre una puntuación que está 47 enteros por encima de la de nuestro país.
La ministra de Educación, Mercedes Cabrera, emitió un diagnóstico menos sombrío y aseguró que los alumnos españoles "se desenvuelven positivamente en ciencias, aunque los resultados sean mejorables, y de manera aceptable en matemáticas, pero el rendimiento en lectura es menor". "Los alumnos tienen problemas para comprender lo que leen y aplicarlo. Es una asignatura pendiente para el sistema educativo y la sociedad en general. La lectura es una competencia fundamental y manejarla bien ayuda a sacar mejores resultados en otras asignaturas. Es un problema que merece toda nuestra atención", anunció.
INVERSIÓN Y RESULTADOS
Negó que la diferencia de resultados entre las distintas comunidades autónomas se deba a una desigual inversión en recursos. Según explicó, "hay una baja correlación entre niveles de inversión y resultados educativos", ya que "intervienen muchos otros factores, como las tradiciones históricas" y la extensión territorial del país. "Esto no pasa solo en España, ocurre también en Alemania y Canadá", se escudó la ministra.
El conseller de Educació, Ernest Maragall, destacó que "cuando los padres tienen un nivel de estudios primarios, los resultados de los alumnos son más bajos, y cuando los padres han cursado el Bachillerato, la FP o tienen estudios superiores, los rendimientos de los alumnos son más altos". Maragall se refirió a la importancia que tiene "la calidad docente, el seleccionar a los docentes entre los estudiantes mejor preparados", como ocurre en Finlandia, para mejorar los resultados.
